La Tragedia de la Espada de Damocles

By: Matías R. Vizcaíno.

Todo empleo supone remuneración. El que trabaja en una empresa o institución pública lo hace a cambio de una gratificación económica con la finalidad de cubrir, absolutamente, sus gastos básicos (arrendamiento, alimentación, escolaridad, agua potable y lavandería). El empleado recibe un pago no una “dadiva” de parte de su empleador. Es decir, es una obligación. Dicho de otra manera, esta obligación se origina cuando las partes, mediante contrato laboral, se obligan a cumplir con lo estipulado en dicho contrato. Por ejemplo: el empleador contrata a un empleado, para que este interponga la pericia técnica o cognitiva a cambio de dinero.

En la vida laboral existe un desfase entre el cumplimiento de las tareas del empleado y la falta en la que incurre el empleador con los desembolsos. Esta práctica dicotómica y contraproducente… de realizar los pagos extemporáneos, a sus empleados en nada ayuda a la productividad y al rendimiento mismo de la calidad del trabajo. Por ende, mermaría significativamente lo que supone elevar la oferta de “empleos buenos”


Se dice que el trabajo lo hizo Dios como castigo… me parece que este argumento es falso de toda falsedad, así que, pienso que este argumento fue estructurado en la mente de un descarnado que muestra su odio por el empleado, que, en su momento, ha propagado tan ingenua frase. En síntesis, Dios nunca se prestaría a este juego de no pagar a sus empleados, y muchos menos después que este le haya realizado un trabajo. Poner a un obrero a trabajar, y después, que este hizo de tripas corazón… no pagarle el servicio prestado, es una bajeza. Esto es atentatorio contra el derecho que tiene el trabajador a la alimentación.

A saber, la mayoría de los empleados viven una economía doméstica del día a día. El empleado está esperando cobrar lo poco que gana para cubrir necesidades perentorias, muchos de ellos ya tienen el salario comprometido antes de iniciar el mes entrante. Cualquier persona con un dedo de frente, se preguntaría ¿y cómo lo hacen? Un padre de familia, con tres niños… uno de los hijos diagnosticado con drepanocitosis (falcemia), más su mujer que no tiene un trabajo económico (empleo) y por esta razón, no puede contribuir al único salario que entra a la casa de dicha familia. Este caso es ¡patético! Una miserable foto crónica de la realidad social de las familias en nuestro país. Sin embargo, ellos no se rinden. Siguen adelante contra todo pronóstico. Hacen una maniobra de rejuego entre el corte de la tarjeta de crédito y el día que cobran el salario y esto les sirve de panacea financiera. Es decir, le ayuda más o menos a desahogarse hasta cobrar nuevamente el “salario”.

Aún peor, la tragedia de los empleados públicos y privados no consiste en tener un salario pírrico, como es el salario que percibe la mayoría de los empleados de República Dominicana, la tragedia consiste en la cantidad de descuentos que de manera inconsulta le propinan al trabajador (eso es, por un lado). Por ejemplo: Es grave para esta clase de trabajadores descontar horas de “tardanzas”. O, no pagar las bonificaciones por desempeño. Es grave para todas las categorías de trabajadores descontar dinero por nomina por órdenes de gerentes de áreas sin motivos justificados. Y, aunque no es un descuento expreso (y en los hechos no deja de serlo), la falta es gravísima pagarles a los empleados fuera de fecha. El impacto es negativo, generalmente, los empleados afectados se sobregiran. Lo triste es, que el empleado, en ocasiones, tiene que ir a solicitar préstamos informales detrás de dinero para cubrir huecos financieros. Por ende, el dinero que consigue, lo adquiere a tasas de intereses muy altos (al parecer este tipo de empleado carece de un buen buró de crédito).

Igualmente, tenemos otros descuentos: Las apropiaciones de ley. En efecto, el dinero que autoriza estas leyes a descontar a los trabajadores por nomina, supone, es para servicios de salud (ley 42-01), plan de jubilaciones (ley 379) y formación para los obreros (ley 87-01). Esta política de descuento (aunque no se les pregunto a los obreros su parecer sobre cada proyecto de ley) lo cierto es, que el espíritu de la ley es humanamente inconmensurable. Entonces, ¿dónde está la tragedia? La tragedia está en el destino final que les darían los administradores (depredadores políticos) de los fondos públicos a ese dinero. En pocas palabras, el empleado tiene su salario contra la pared y su cabeza debajo de la espada de Damocles.

Por último, lo enunciado en uno o más enunciados anteriores, se concluye que, la normativa que rige la materia laboral en nuestro país es del mismo espíritu que prevé la jurisdicción en América Latina. En nuestra legislación queda claro que, el empleador, según artículo 198, se conmina a pagar en un tiempo no mayor a los 30 días el trabajo realizado; y, además, la misma ley 16-92 en su articulado 195, presiona al empleador a hacer el pago “íntegramente” en efectivo. Porqué enfatizamos la palabra íntegramente. Puesto que el salario tiene diferentes manifestaciones al expresar su valor nominal (cuando no se paga en la forma que se acordó, se estaría haciendo una reducción directa al salario, según el contrato de trabajo), y, sobre todo, el salario tiene un rango Constitucional.


Mayo 17, 2018




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