¡JESÚS! EL DIOS QUE VIVE EN MÍ




En el libro de Juan 11: 45-47, los líderes religiosos de aquella época plantearon darle muerte a Jesús. Quisieron negar la divinidad del Cristo de la Gloria. Una prueba que quedaría aceptada más adelante conforme a las profecías dichas por el profeta Isaías que data:


El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, porque me ha ungido el SEÑOR para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros. (Isaías 61:1)


Considerando el principal propósito del libro de Juan, y que hemos venido estudiando capitulo por capitulo, en cada uno de ellos el esfuerzo del autor es presentar el fardo de las pruebas y demostrarle a los principales líderes del concilio religioso judío que Jesús es Dios, que él es, el Mesías que ellos mismo estaban esperando.

Juan en el capítulo 11 presenta más pruebas del Hijo del Hombre; esta frase aparece 88 veces en el nuevo testamento, y su origen profético se encuentra en el libro de Daniel 7:13-14 (Hijo del Hombre significa Dios humanizado, y era un título Mesiánico) Jesús era un ser humano. Dios llamó al profeta Ezequiel 93 veces como “hijo de hombre”.

Dios simplemente estaba haciendo con este llamado a Ezequiel una decodificación de humanidad. Es decir, un hijo de un hombre, es un hombre. Por lo tanto, en el libro de Juan queda demostrado que Jesús era totalmente Dios (Juan 1:1), y que era 100% humano (Juan 1:14).

Volviendo al capítulo de Juan 11, a Jesús se le presentó una gran oportunidad para exhibir su poder sobre la vida y la muerte. Jesús dejó morir a Lázaro ante los ojos de todo el pueblo, para que le pueblo le quedara claro que el tenia poder para sanar a Lázaro desde el mismo lugar donde él estaba, mediante el envió de la Palabra de sanidad así como lo hizo con el criado del centurión, que lo sano ENVIANDO POR LOS AIRES LA PALABRA. Sin embargo, no lo hizo así…prefirió dejar morir a Lázaro.



Jesús le dio la oportunidad al pueblo para que vean a Lázaro muerto. El pueblo fue una prueba testimonial, ocular de la muerte de Lázaro. Además de esto, Jesús permitió que lo sepultaran. Cuenta la historia que pasando 4 días de la sepultura; es decir, superando las 72 horas que dice la ciencia en que un cuerpo inerte comienza su proceso de descomposición biológica, apareció Jesús en la escena de los hechos. Ya Lázaro hedía, dijo Martha… no lo destapen. Jesús le dijo a Martha y los presentes ¡YO SOY LA RESURRECCIÓN! Destápenlo, quiten la piedra. Jesús habló como quien tiene autoridad y Lázaro ¡resucitó!.

Este poderoso milagro, trajo como consecuencia el celo de los líderes principales del concilio (Juan 11:45-47). En el pueblo, no hubo una sola persona que no se haya dado cuenta de lo que había acontecido en el lugar y sobre todo, quien había hecho tal hazaña.

Por lo tanto, después de esta manifestación de poder, gloria y autoridad sobre la vida y muerte, el ministerio de Jesús entró al inicio del final de su ministerio en la etapa primaria en la tierra.

Los religiosos del concilio ponen de manifiesto su orgullo de poder, arrogancia y falta visión sobre el Salvador o Mesías (ya que ellos esperaban un Mesías que no padecería, sino más bien que sería Mesías rico (no carpintero), poderoso en la política (no líder de 12 discípulos buscados en las calles) y de buen linaje (y no descendiente de una prostituta como lo fue Rahab la ramera, cuyo nombre aparece en el Talmud y su significado es: escándalo y tumulto).

Ellos, los principales, reunieron el concilio (asamblea) logrando así sacar una orden de arresto viciada y precipitada contra el Maestro. Las consecuencias no se hicieron esperar de esta reunión: Los líderes estaban endurecidos, preferían negar el Poder de Jesús, que tener que declarar ante los romanos el poder que emanaba de él. ¡Increíble!.

Este pecado es evidente y se llama orgullo, muy común hoy en día. Líderes de este siglo prefieren negar la manifestación del poder de Dios, y no admitir que se equivocaron. Yo recuerdo que para los años 2004 – 2005 a nuestro país llegó un recurso espiritual denominado ¨Encuentro con Dios¨.  Esta actividad era reflexiva, confrontaba tu propio espíritu, renovadora y milagrosa. En mi caso, fue una bendición especial. MI VIDA EN DIOS ¡CAMBIÓ!

¿…Y que sucedió? muchos dirigentes de iglesias al ver el poder del cambio en el espíritu, tuvieron miedo. Doce (12) años más tarde, algunos líderes religiosos mantienen una orden de arresto contra Jesús y su obra de purificación. (Juan 11:54-56).

Por otro lado. Usted se imagina manifestaciones de la carne en la interioridad de las iglesias, y esta no tenga recursos de purificación como: idolatría, hechicerías, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, odio, rencillas, amarguras, falta de perdón, maledicencias, griterías, fornicación y adulterio entre esposos, pleitos entre hermanos, enemistades entre amigos y falta de amor al vecino, y cosas semejantes a estas. (Gálatas 5:20-21 ampliada).  Meditemos por un minuto en esto.



Muchas veces, cosas como esta (la que vivieron los principales religiosos como Caifás y Anás (su nuero) suceden entre nosotros. Vemos la deidad de Dios actuar, y nos resistimos a darle paso a la mano de Dios. Vemos ministerios superiores al nuestros, de hombres que Dios usa con poder, y nos resistimos por temor a que ellos crezcan más que nosotros y no nos percatamos que el Cristo de la Gloria, está VIVO y metido en el asunto.

Dijo una vez, Juan el Bautista, es necesario que yo mengue, para que Cristo crezca.

Dejemos que nuestras pasiones no nos sigan controlando. Amemos más al maestro, y hagamos las cosas verdaderamente por amor.

¨La madre teresa en una ocasión recibió la visita de la corresponsal de la princesa Diana, y esta mujer esbelta, inglesa de buen porte, llegó al lugar donde operaba el ministerio la Madre Teresa encontró a la Madre bañando leprosos. La corresponsal sintió repugnancia de aquella escena en la Madre estaba envuelta. No quiso seguir mirando cómo, esta diminuta mujer llena de compasión, dedicaba tiempo para bañar leprosos.

Y la secretaria de la princesa Diana le dijo a la sirva de Cristo: Madre, yo no bañaría leprosos ni que me pagaran 2 millones de dólares. La Madre Teresa con sus ojos tiernos y cansados por la edad, se detuvo un momento, alzo la mira de sus ojos, y con el dedo índice le dijo firmemente: ¡Yo tampoco! Yo no bañaría leprosos por 2 millones de dólares; yo los baño por amor.

Hagamos actos de amor. Démosle paso a Jesús no prediquemos religión, prediquemos el evangelio de Cristo, que se resumen en el amor. Según Gálatas 5:14 - Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO -.

No hagamos reuniones vanas que hacen detener las obras de Dios en medio de la humanidad. Recuerda: Dios se humilló, y descendió humanizándose a tal grado de ser vejado, maltratado y molido por los mismos hombres que lo colgaron en un madero; y él le ofreció su perdón.

Si nosotros creemos que Jesús es Dios, el Hijo del Hombre. Hagamos las cosas diferentes a los líderes religiosos que plantearon su muerte.

Nuestros actos serán el fardo de la prueba de que, Jesús es Dios, el Hijo del Hombre que vive dentro de mí. Dicho en otras palabras, según la definición de Teoría de la Prueba. Esta alude a la demostración de la verdad de un hecho, de su existencia o inexistencia. Es decir, la prueba es el establecimiento, por los medios legales, de la exactitud de un hecho que sirve de fundamento a un derecho que se reclama. MIS ACTOS DECLARAN EL ESTADO VIVO O MUERTO DE CRISTO EN MI.

El apóstol Pablo con sus actos en la tierra demostró que Jesús era Dios, y como tal vivía dentro de El:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí . Gálatas 2:20


Jueves 20 de abril, 2017

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